Resumen Ejecutivo
● La aceleración de la inflación desde el 2021 y las dificultades para controlarla nos llevan
a reconsiderar su relación con la restricción externa.
● En perspectiva histórica, el proceso inflacionario actual comenzó antes de que se
manifestaran tensiones externas. El resultado externo se debilitó luego, en parte por
factores reales, en parte por la propia inflación.
● Los controles cambiarios, las reservas internacionales y el endeudamiento externo no
pudieron contener las presiones devaluatorias: los saltos cambiarios alimentaron la
inflación, a lo que se sumaron otros factores como los aumentos de las tarifas de los
servicios públicos y los precios internacionales.
● La inercia inflacionaria, provocada por la indexación de los contratos (de facto o de jure),
consolida este proceso.
● El régimen de alta inflación también debilita la efectividad de las herramientas de
política económica como las tasas de interés o el déficit fiscal.
● Estos factores convergen hacia la necesidad de que las múltiples encrucijadas de la
macroeconomía sean abordadas simultáneamente con un plan de estabilización donde
el desafío sería que el costo recaiga principalmente en los sectores de mayor capacidad
contributiva.
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