Resumen Ejecutivo
● El gobierno busca mantener la política económica actual, a la espera de financiamiento que permita la transición hacia una nueva etapa.
● Ante su debilidad política, decidió no profundizar el ajuste y sostener la apreciación cambiaria, que es el principal factor detrás de la caída en la inflación y la recuperación parcial de la actividad.
● Pero la mejora en la economía es magra y heterogénea. Las actividades más afectadas por la recesión (industria, comercio y construcción) son las que más empleo demandan y efectivamente están registrando despidos en grandes volúmenes.
● Además el esquema muerde su propia cola: la recuperación, incluso siendo leve (y por lo tanto ineficaz para traer alivio a las grandes mayorías), pone en jaque la sostenibilidad macroeconómica.
● Mientras tanto la desinflación fracasó, alcanzando un piso inercial del 4% cuya consecuencia es que la apreciación cambiaria sea insostenible.
● Evitar este callejón sin salida hubiera requerido un plan de estabilización que coordinara la caída simultánea de la inflación cambiaria y la espiral precios-salarios, pero el gobierno eligió un esquema macroeconómico que desembocará en un nuevo salto inflacionario, y/o una profundización del ajuste
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